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Documental sobre la depresión



La melancolía, la tristeza, la pérdida, la frustración o la ira son sentimientos que están presentes en algún momento de la vida de cualquier persona, al igual que la alegría y el placer.

Los sentimientos de melancolía o de tristeza no son en sí patológicos, pero en algunas ocasiones sí pueden llegar a serlo para ciertas personas. Cuando el estado anímico de un individuo sufre sentimientos severos y prolongados de tristeza o síntomas relacionados que afectan a su capacidad para relacionarse con los demás, trabajar o afrontar el día, la tristeza sí se convierte en una enfermedad, que se conoce como depresión.

Las causas de la depresión es un tema que ha sido abordado desde diferentes puntos de vista, dando lugar a diversos modelos explicativos, que no tienen por qué ser excluyentes entre sí, que inciden en aspectos biológicos, psicológicos o sociales.

Los factores bioquímicos pueden resultar de ayuda para explicar algunos casos, cabe destacar que las personas deprimidas muestran niveles muy elevados de cortisol así como desajustes en algunos agentes químicos que actúan en el cerebro, como los neurotransmisores serotonina, dopamina y noradrenalina. Dichos desajustes pueden darse por motivos hereditarios o ser inducidos por el consumo de sustancias, igualmente la depresión puede estar causada por perdidas emocionales muy profundas, por afecciones y tratamientos médicos, por factores sociales o incluso por situaciones o hechos estresantes.

Aparte del tratamiento psicoterapéutico y farmacológico, es importante que una vez que la persona que sufre depresión sienta que ha mejorado su condición siga ciertos consejos o modos de vida:

- Tener pensamientos positivos.

- Cuidar la salud física.

- Mantener un calendario diario uniforme.

- Reanudar las responsabilidades de forma lenta y gradual.

- Aceptarse a uno mismo. No compararse con otras personas que considera favorecidas.

- Expresar las emociones de forma adecuada.

- Seguir en todo momento y hasta el final el tratamiento.

- Ser constante y reunirse periódicamente con el terapeuta.

- Llevar una dieta equilibrada.

- Hacer ejercicio físico.